DISNEY NOS ENSEÑÓ A BESAR SAPOS


En 1937 Walt Disney Studios produce su primera película, Blancanieves y los siete enanitos, dando el pistoletazo de salida a un sinfín de princesas con un mismo objetivo, encontrar el amor y terminar en los brazos de un maravilloso príncipe.
Hagamos cuentas, si hace 74 años nació la primera, entonces son 70 años lavando cerebros de mujeres a nivel mundial. Teniendo en cuenta que empezamos a ver dibujos animados desde que somos bebés, afianzamos el amor y el gusto hacía ellos hasta los diez años, y soñamos con ser una de ellas desde los doce hasta que maduramos (que es una edad muy relativa, pueden pasar dos o treinta años)
Con esto quiero decir, que hasta hoy todas las mujeres nacidas desde 1937 estamos destinadas a besar sapos hasta encontrar príncipes.

Este legado pasa de madres a hijas, a nietas, a sobrinas y a hijas de amigas, ojo que esto es muy importante, el arte de besar sapos es como una epidemia bien vista, que esta ataviada de rosa y lila.
En pocas palabras: Disney, nos jodió la vida.
No bastaba con que la iglesia nos hubiera manipulado desde siglos anteriores,  que a Disney se le ocurrió la maravillosa de reafirmar esto pero mostrándolo de manera "bonita"

Y aquí estamos, desde que nacemos vestidas de rosa, con la habitación repleta de imágenes y dibujos de princesas Disney, viendo las pelis en inglés (por aquello de que los niños aprenden otro idioma si lo hablan los dibujos que les gustan) o en español no importa, el objetivo es el mismo.

O quien no ha escuchado frases de madre como:
 "cariño eres una princesa, compórtate como tal"
"Mi princesa es tan delicada y guapa como cenicienta"
"Has visto baila como la bella en la peli"

y podría seguir pero se haría interminable.  
Desde que nacemos llevamos el estigma de encontrar el marido perfecto, de ser abnegadas esposas y madres maravillosas. Independientemente de que otras habilidades se nos den estupendamente, como estudiar, administrar una empresa o cambiar el mundo.
Tener un príncipe a nuestro lado para siempre es lo mas importante en nuestras vidas, y esa búsqueda hace que pasemos por "prueba y Error" repetidas veces. Y en ese ensayo de prueba y error es donde nos damos unas "leches" que no me explico como nos volvemos a levantar.
Tanto, que algunas han llegado a la conclusión que los príncipes azules no existen, que se van destiñendo con el tiempo, y vuelven a su estado inicial, el de sapos. Llenos de defectos y problemas, de inseguridades y mocos y pedos, como todos.
Y por mucho que las últimas pelis de Disney "traten" de enmendar un poco el daño que han hecho (Tiara, Brave) siempre terminamos afirmando lo mismo, la búsqueda del amor, la protección del príncipe, y poder tener una familia feliz.
Este post no cambiará el pensamiento de nadie, seguiremos inundados del marketing de las princesas, mi sobrina y la hija de mi sobrina (cuando la tenga) seguirán deseando al príncipe y las mujeres que ya han entendido el fondo de este entramado, también seguirán besando sapos, porque aunque en cada producto que sacan de princesas le pusieran una advertencia (como las cajetillas del tabaco) seguiríamos consumiendo su historia y soñando con el príncipe, porque ya lo llevamos marcado en el ADN.


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